Bueno pues después de recordar la lactancia de S con un poquito de nudo en la garganta... Es de justicia que os hable de las lactancias de R y de M. La lactancia de S me sirvió para aprender , no solo sobre lactancia, sino también sobre mí misma, sobre mis límites y mis fortalezas. Tenía identificados todos los errores que había cometido y me empeñé en ponerles solución para que no me pasara lo mismo con el resto de mis hijos. Superé mis límites y potencié mis fortalezas... y mandé a la porra muchas cosas , entre otras las opiniones no pedidas. En la lactancia de S sentía que gran parte de mi entorno me veía como una niña pequeña a la que ser madre le venía gigante, una niña pequeña a la que podían dar órdenes, faltar al respeto, amedrentar, cuestionar... Yo misma lo llegué a creer profundamente. Cuando me quedé embarazada de R hice todo lo posible para arrancarme esa etiqueta y... lo conseguí 😊, con M ya... no quedan ni los restos del pegamento 😉 Os cuento cómo lo conseg...