Ya os conté cuando me desahogué de mi desastroso verano que esta vez me había costado más que nunca preparar las cositas para la llegada de Miguel: La bolsa del hospital estuvo literalmente dos semanas a medio hacer sobre la mesa del salón y el cambiador tuvo sus cajones completamente vacíos hasta el día anterior a su nacimiento ... El bloqueo de mi cabeza no me dejaba ni siquiera pensar en eso... Todo lo contrario a lo que me ocurrió cuando estaba embarazada de mi primer hijo. Y es que cuando vamos a tener un bebé, una de las cosas que más nos suele preocupar a las madres es tener preparado todo eso que "necesita un recién nacido" para sobrevivir en el mundo... Es posible que, si sois primerizas, estéis pensando en la cuna, el carrito, la sillita del coche, la ropita, la bañera, el cambiador, las gasas, los pañales... (si ya tenéis más hijos, puede que vuestras preocupaciones sean otras, y TODAS están bien) Al menos eso era lo que a mí me pr...