Hoy os enseño este calendario que hemos ido completando desde que S tenía 2 añitos y empezó a necesitar comprender el paso del tiempo, el día de la semana en que estábamos, si Papá tenía que ir o no al cole, o cuándo llegaba el día de ver a los abuelos o de algún plan chulo en familia.
Es completamente inventado por mí (ya os he dicho alguna vez que soy muy del concepto "yo me lo guiso, yo me lo como") básicamente porque ha ido surgiendo poco a poco de las necesidades de S, así que... es totalmente personalizado para él, pero os lo enseño por si os inspira o por si creéis que a vuestros peques podría servirles también.
Para hacerlo me basé en los calendarios Montessori y en los calendarios tipo Waldorf que se encuentran fácilmente en Internet. Por eso (entre otras cosas) utilicé materiales naturales (madera básicamente), el muñequito con el que señalamos el paso del tiempo (lo utilizan mucho en Waldorf y lo llaman NIN) y el cubilete de madera.
Además, recientemente hemos añadido la última actualización: los días de la semana con abalorios (inspirados en los que se usan en Montessori) para saber si es el primer día de la semana, el tercero o el último.
Por tanto, aclaro que NO ES UN CALENDARIO MONTESSORI NI WALDORF como tal, sino que está INSPIRADO en algunos materiales que usan en estas pedagogías.
El objetivo de este calendario es y ha sido desde un principio, el de concretar el concepto tan abstracto del paso del tiempo.
Os cuento el paso a paso a través de su evolución, desde que nació este calendario, hasta ahora.
Resumen de materiales:
- Pinturas acrílicas
- Plato de pulpo (de madera)
- Mortero (de madera)
- Nin (podéis encontrar aquí)
- Anillas de cortinas
- Abalorios de madera
- Alambre para ensartar los abalorios.
Todo empezó con... el día y la noche
Como suele pasar, todo empezó con una necesidad: a S siempre le ha costado irse a dormir (y dormir en general), desde el mismo día de su nacimiento... R era apenas una recién nacida y se nos hacía muy difícil ese momento de la noche.
Así que para intentar hacer a S más agradable esta rutina y meterle poco a poco en este ritmo tan básico (que con 2 años no tenía nada interiorizado), se me ocurrió fabricar algún material con el que él entendiera que era de noche y había que irse a la cama. De ahí nació este calendario.
Simplemente era un plato de servir pulpo (de madera) pintado de azul clarito (el día), y en el centro un mortero (el cubilete) pintado de azul oscuro (noche).
Cuando se hacía de noche nos despedíamos del muñeco (que podéis encontrar sin pintar en Internet para pintarlo vosotros mismos) y lo metíamos en su cama (el cubilete de la noche) y por la mañana, nada más levantarnos, íbamos a sacar el muñeco de la noche y lo poníamos en el día (en el plato).
Y de esta forma tan sencilla S (y este año R) empezó a interiorizar este ritmo del paso del día a la noche (no solucionó los problemas de sueño, pero sí apañó bastante el momento de irse a la cama).
Las fases de la Luna
Ya os conté aquí que S empezó a interesarse por las fases de la Luna también muy pronto. Le gustaba mirar por la ventana y ver qué forma tenía la Luna cada noche.
Así que pintamos las cuatro fases básicas que él identificaba en el cubilete de la noche. Cuando acostábamos al Nin, nos asomábamos por la ventana, mirábamos la forma de la luna (en ese momento: plátano, melón, círculo o nada...) y metíamos al Nin en el cubilete con la fase de la luna correspondiente mirando hacia nosotros.
El concepto de semana
Este año introdujimos otra novedad: el concepto de semana y su repetición cíclica.
La intención era que S entendiera que cada semana tiene un ritmo que se repite una y otra vez porque al no ir al cole nuestros días a veces son un poco caóticos y necesitábamos un mínimo de orden.
Él mismo se había dado cuenta de que había días que su padre tenía que ir al cole y otros en los que estábamos todos en casa. Además en nuestro caso, los domingos vamos a misa y solemos ir a comer a casa de los abuelos (maternos y/o paternos) y los sábados es muy posible que hagamos algún plan especial en familia.
S quería y necesitaba anticipar la llegada de estos días "especiales" así que se me ocurrió pegar 7 anillas de cortinas alrededor del plato de pulpo. Cada anilla era un día de la semana e íbamos colocando el Nin cada día en uno hasta que completaba una vuelta entera.
Por último marcamos los días especiales pegando un abalorio con forma de cruz en el Domingo y cuatro botones azules (uno por cada miembro de nuestra familia) en el Sábado.
Así S se ha dado cuenta de que las semanas se suceden lunes tras lunes y de que cuando acaba una empieza otra.
Por último... el orden de los días de la semana
Y recientemente hemos incorporado este nuevo concepto: el orden de los días de la semana.
Para ello, en las anillas he escrito con mayúsculas (que son las que va reconociendo S de momento) los días de la semana, y para que S pueda ordenarlos hemos colocado un alambre con abalorios en cada anilla. En el lunes un abalorio, en el martes 2, en el miércoles 3... y así.
De esta manera S sabe cuál es el primer día de la semana, cual es el segundo, el tercero... y que una semana tiene en total 7 días, y concreta esos números contando los abalorios que van asociados a cada día (y de paso practicamos el conteo que tampoco nos viene mal).
¡Eso es todo!
De esta manera tan bonita hemos ido construyendo nuestro calendario poquito a poquito, según lo que S ha ido necesitando para ir interiorizando conceptos relacionados con el tiempo.
¿Qué os parece, haríais uno para vuestros peques? ¿Veis necesario que interioricen el paso del tiempo? ¿Qué estrategias/herramientas utilizáis para ello?
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