Una de las dificultades que estamos teniendo al educar en casa (bueno... en realidad es una de nuestras dificultades desde que J y yo nos casamos) es que al no tener unos horarios establecidos y marcados por la hora de entrada al cole como tienen la mayoría de las familias, nuestros días y nuestras rutinas, a veces (muchas veces) son un auténtico caos.
Podría parecer que como no tenemos que llegar "a ningún sitio" no pasa nada... De hecho, hemos intentado vivir con esta filosofía, pero la realidad es que no nos termina de funcionar. Puede que nosotros no tengamos unos horarios fijos (salvo J, que sí que tiene que ir al cole), pero el resto del mundo sí que los tiene, y por mucho que nos pese la experiencia nos está demostrando que sí que tenemos que tener un mínimo de orden para poder "sobrevivir" (y llegar a los sitios antes de que cierren, o no llegar tarde cuando tenemos eventos familiares, o simplemente aprovechar al máximo posible el tiempo que se nos regala cada día).
Además tenemos que contar, como os decía, con que J sí que tiene un horario y nosotros (S, R y yo) influimos en ese horario indirectamente (por ejemplo en las horas de descanso). Por mi parte, estoy intentando sacar varios proyectos adelante, y también necesito un mínimo de horas para ello.
Desde este pasado verano, hemos navegado indiscriminadamente de un extremo (el de los horarios fijos casi militares) a otro (el de libertad absoluta de cada miembro familiar), lo que aumentó notablemente nuestro caos familiar, nuestro cansancio, nuestro mal humor y nuestro número de broncas monumentales.
Así que, antes de Navidades llegamos a un acuerdo con este tema del "orden temporal". Aunque no pretendemos tener unos horarios rígidos, sí que necesitamos un mínimo de orden, simplemente para que todos sepamos (en la medida de nuestras posibilidades, claro) lo que toca hacer en cada momento con el objetivo de que la convivencia y la logística familiar sean agradables y productivas para todos sus miembros.
De hecho... S estaba demandando ese orden como el comer, eso sí, por primera vez en su corta existencia de tres años (porque ya veréis si vais siguiendo nuestro blog que S siempre ha sido un niño atípico en ese tema). Y R ha demandado unos horarios siempre (de hecho aluciné cuando nació porque tenía horarios "fijos" de siestas... eso con S no lo había conocido!!!).
Ahora, tocaba ver cómo metíamos en esta nueva dinámica a nuestros niños. Como casi siempre, R era fácil, porque como os digo, dentro de nuestro caos diario, tenía sus rutinas (siesta, comida, baño...) bien establecidas. Pero S... entre que nunca ha sido muy de rutinas y que ya sabe muy bien lo que quiere hacer en cada momento y lo que no... era otro cantar.
Así que le propuse hacer conmigo un CUADRO DE RUTINAS. Sencillamente es una tabla donde vamos poniendo las actividades que tenemos que ir haciendo cada día, y vamos marcando las que ya están hechas.
Cómo hacer un Cuadro de Rutinas Paso a Paso:
- Primero nos pusimos S y yo a pensar qué hacíamos durante un día, desde que nos levantábamos hasta que nos íbamos a dormir. S pensaba y me iba diciendo cosas y yo las apuntaba.
- Luego buscamos imágenes en Internet que a él le gustaran (muy importante esta parte, ya que la idea era que el cuadro de rutinas fuera suyo) y que representaran esas actividades diarias.
- Pusimos las imágenes del mismo tamaño, las imprimimos y las plastificamos.
- Luego separamos los días en "RUTINAS DE MAÑANA" y "RUTINAS DE TARDE", marcando la separación por la hora de comer.
- Hicimos la plantilla para poner las imágenes: una tabla con siete columnas y dos filas. La fila de arriba es estática y es en la que ponemos las imágenes, y la fila de abajo se dobla en pestañas separadas (cada casilla es una pestaña) para ir tapando aquellas actividades que ya hemos realizado ese día (en la foto que encabeza el post se ve mejor).
- Pegamos todo con velcro adhesivo y S decidió decorar las casillas con pegatinas de caritas. Esto no formaba parte de mi idea, ya que yo no pretendía "premiar" con una carita sonriente cada actividad realizada (intentamos no utilizar premios o castigos... intentamos, porque no siempre nos sale, lo tenemos demasiado "aprendido"), sino simplemente marcarla como "HECHO", pero fue su idea, totalmente espontánea y en realidad... quien asocia carita feliz a "premio" soy yo... no él. Así que le dejé dar rienda suelta a su aportación creativa, al fin y al cabo, como menciono más arriba, la idea es que el cuadro de rutinas sea SUYO.
- Por último pegamos las casillas en dos marcos que teníamos por casa, uno para las rutinas de mañana y otro para las rutinas de tarde, y lo colocamos en nuestro Rincón del Tiempo (que ya os enseñaré).
- Cada día preparamos las actividades que tenemos que hacer. Si son las de "todos los días" (comer, lavarse los dientes, bañarse...) las solemos tener ya puestas, pero si un día tenemos que ir por ejemplo al médico añadimos esa imagen a nuestras casillas con el velcro adhesivo.
¡Y listo! Disfrutamos mucho haciéndolo, que es lo importante. Usarlo... sobre todo lo usamos cuando "es necesario", la verdad, osea cuando S no quiere hacer algo "que toca", por ejemplo lavarse los dientes después de comer. En ese momento le digo "ya, pero qué toca en nuestro cuadro de rutinas???" y de momento (y no todos los días ni todas las veces) parece que funciona bastante bien.
Ventajas del Cuadro de Rutinas:
Ventajas del Cuadro de Rutinas:
- S puede prever con antelación lo que va a tener que hacer "después de" y prepararse mental y emocionalmente (sobre todo para las cosas que no le gusta hacer).
- Además creo y observo que le aporta orden interno y una estructura mental y vital sobre el paso del tiempo diario y su organización.
- Y por último le da seguridad y le ayuda a crecer en autonomía, ya que él solo puede ir al cuadro de rutinas y ver lo que toca hacer en ese momento. Muchas veces lo hace y cierra las pestañitas o me dice a mí "mamá, ahora toca...".
Lo único de lo que podemos quejarnos es de que está demasiado a mano de R y hay días que nos desordena todas las actividades o nos abre y cierra ventanitas a su antojo, poniendo muy a prueba la paciencia de S (y la mía, no nos vamos a engañar)... pero creo que el intentar tener paciencia con su hermana (/mi hija) y volver a colocar las actividades en su sitio es un aprendizaje muy valioso para él (/mí) :)
¿Os animáis a compartir cómo organizáis las rutinas con vuestros peques? ¿Tenéis horarios estrictos? ¿O no tenéis horarios? Nos gustaría conocer vuestras experiencias!!!
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