El domingo pasado celebramos en casa (un poco de "aquella manera") nuestra Primera Asamblea Familiar de Disciplina Positiva.
En ella buscamos soluciones a tres cuestiones que estaban afectando a nuestra convivencia familiar y la primera de ellas era la hora del baño de S.
El problema
S odia bañarse. No entiendo por qué si cuando era un bebé le encantaba: era su momento especial con Papá (y mi momento especial de ducharme, ir al baño, recoger, tender/destender, limpiar, preparar cosas, volver a ser una sola persona con dos brazos libres, tirarme en la cama y poner mi cerebro en modo OFF... etc etc) y le relajaba tantísimo que le bañábamos justo antes de dormir.
Pero fue nacer R y comenzaron los problemas... En ese momento S tenía 22 meses y empezó a gritar cuando Papá le bañaba como si le estuviéramos torturando. Normalmente en esos momentos yo estaba dando el pecho a R (ya no había momento especial de yo para mí o mis cosas XD) e intentando que se durmiera... Así que a la complicación de esta parte (intentar que se durmiera) añadid el griterío que había de fondo... fracaso absoluto, ni con las puertas cerradas.
Había que cambiar la estrategia. Le propuse a Papá bañar un día yo a S a ver qué tal... otro fracaso: S seguía gritando igual pero encima decidió que ya no le iba a bañar más su padre (otra actividad a añadir a la lista del "tú no, mami"... pobre Papá, qué paciencia). Total que le bañaba yo y seguíamos con gritos a tope.
Hemos intentado de todo: canciones, cuentos sobre el tema, juegos, cambiar la hora del baño, jugar con él en la bañera antes, anticipar el baño con el reloj y el cuadro de rutinas, con taza, con regadera, con ducha, tapando los ojos, tapando las orejas, contando hasta diez, bañándole con R... TODO yyyy año y medio después... seguimos igual XD.
Sencillamente S dice que es porque "NO QUIERO BAÑARMEEEEEE", que solo le gusta la parte de jugar (si es que es muy listo mi chico) pero la de bañarse no.
El problemón
En realidad, el verdadero problema es que esta situación, a esas horas del día (en las que ya estás con todo el cansancio acumulado), acaba con la poca paciencia que nos queda en ese momento.
Y... no siempre, pero muchas veces acabamos enfadados, chantajeando, gritando, ignorando... en definitiva tirando de formas que nosotros NO QUEREMOS utilizar con nuestros hijos pero que tenemos tan aprendidas en nuestro interior que salen en momentos de tensión sin que nos demos cuenta.
La nueva solución
(O eso esperamos...) El otro día cuando expuse este punto de nuestra Agenda Familiar en la Asamblea, le pregunté a S qué soluciones se le ocurrían A ÉL (es una de las técnicas de Disciplina Positiva) para que el baño fuera más llevadero para todos, para él el primero.
Y sí, tiene 3 años y lengua de trapo pero no dijo una sola solución incoherente. Primero nos recordó que no le gustaba el baño (pobre mío) y añadió que quería bañarse él solito, interpretando esta petición de todas las formas posibles: SIN REBECA en la bañera y haciéndolo por sí mismo (parece que este primer mes Montessori está dando sus frutos...)
Como S quiere bañarse solo y los bañábamos juntos por ahorrar tiempo (necesitamos apretar en las rutinas de la noche...) hemos decidido que salvo que estén muy sucios vamos a alternar los días de baño (con la consiguiente alegría doble de S que habrá días en los que no tenga que bañarse XD)
Además de estas dos condiciones, las otras opciones que propuso S fueron:
Como veis... son soluciones válidas y viables, que no trastocan mucho al resto de la familia y que de momento están convirtiendo la hora del baño en un descanso para todos XD. Nosotros, como padres responsables de nuestros hijos, valoramos esas opciones, obviamente, antes de aceptarlas (ya que también podría proponer cosas imposibles o no respetuosas para el resto y ahí tendríamos que decir que no es viable esa opción) pero es el niño quien da sus opciones y se responsabiliza de ellas y todos tenemos que cumplir nuestra parte del trato para que funcione.
Como veis... son soluciones válidas y viables, que no trastocan mucho al resto de la familia y que de momento están convirtiendo la hora del baño en un descanso para todos XD. Nosotros, como padres responsables de nuestros hijos, valoramos esas opciones, obviamente, antes de aceptarlas (ya que también podría proponer cosas imposibles o no respetuosas para el resto y ahí tendríamos que decir que no es viable esa opción) pero es el niño quien da sus opciones y se responsabiliza de ellas y todos tenemos que cumplir nuestra parte del trato para que funcione.
El niño se siente capaz, con poder sobre lo que le ocurre y muy valorado y los padres... yo sinceramente sentí un tremendo orgullo hacia mi S cuando escuché sus opciones (y su padre también porque solo le faltaba un baberito en ese momento XD). ¡Todo ventajas!
La Rueda de Opciones
Además de apuntar las soluciones propuestas en nuestra Agenda Familiar, para que a S no se le olviden y pueda elegir teniendo todas las opciones presentes, hemos fabricado una Rueda de Opciones (os enseñé otros ejemplos cuando os hablé de nuestro Rincón de la Calma).
¿Qué es una Rueda de Opciones?
Es una Herramienta de Disciplina Positiva en la que se pueden ver al mismo tiempo todas las opciones que podemos escoger ante una circunstancia concreta. De esta forma facilitamos que el niñ@ pueda elegir la que más le apetezca en ese momento teniendo en cuenta todas las demás.
El niñ@ debe haber participado en la proposición de opciones para que la sienta realmente suya y no como una imposición más por parte del adulto.
El niñ@ debe haber participado en la proposición de opciones para que la sienta realmente suya y no como una imposición más por parte del adulto.
¿Cómo la hemos hecho?
Una de sus ventajas es que hacerlas no tiene ningún misterio. Os enseño cómo las solemos hacer nosotros:
1. Hacemos un círculo de 20cm |
2. Lo dividimos en tantas secciones como opciones tengamos |
3. Ponemos una opción en cada sección (escribimos, dibujamos y que coloreen los niñ@s, pegamos fotos, pictogramas...) |
4. Imprimimos (si la hemos hecho con ordenador), plastificamos para dar más resistencia y recortamos |
6. Por último, tenemos estas pincitas de madera para señalar la opción escogida |
¡Y listo! Ya tenemos hecha nuestra rueda de opciones. La hemos colgado en la puerta del baño para que S la tenga a mano cuando le toque ir al agua :-)
¡Y esto es todo por hoy! ¿Conocíais esta herramienta? ¿Se os ocurre alguna circunstancia en la que podríais utilizar una rueda de opciones con vuestros peques? Decidme en comentarios!!!
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