Después del éxito que tuvo en casa acercar las rutinas del baño y la higiene a Montessori, decidimos continuar por este reto: vestirse y desvestirse.
Y digo reto porque creo que, igual que las rutinas de aseo eran relativamente sencillas, la de vestirse y desvestirse presenta mucha complejidad para los peques, pero como ya os avancé, J y yo consideramos que la autonomía en esta tarea es muy importante a muchos niveles.
¿Queréis saber entonces cómo hemos acercado esta rutina a la pedagogía Montessori? ¡Pues os lo contamos!
¿Por dónde empezamos?
Si recordáis, os dejé una infografía sobre el camino que seguimos nosotros para ir acercando las rutinas de nuestros peques a la filosofía Montessori. Nosotros nos basamos en ella y en esta tabla que también os compartí en una entrada sobre rutinas, así que tenedlas a mano porque son herramientas que pueden ayudarnos.
Dificultades y Soluciones
Después de secuenciar la rutina, si podemos, hagamos la rutina paso a paso a su altura, pensando que somos ellos, realizando cada uno de sus movimientos... Así nos daremos cuenta de las dificultades que entraña para ellos y de las posibles soluciones que podemos encontrar.
Como decíamos, esta rutina es bastante complicada de por sí... pero algunas dificultades en concreto que nosotros observamos en nuestros niños, son:
La dificultad de quitarse la ropa:
Esta acción que a los adultos nos parece tan sencilla, para ellos es notablemente complicada (solo hay que observarles para darse cuenta de ello), puesto que requiere de unas cuantas destrezas motoras y de interiorización del esquema corporal que irán adquiriendo con tiempo, paciencia y práctica.
Las soluciones que hemos encontrado para paliar esta dificultad, además de las propuestas de los tips generales que os contamos en este post, son:
1. Un lugar que les facilite la tarea:
En nuestro caso aprovechamos la puerta del armario, y pusimos un espejo de IKEA dentro. Además tenemos una esterilla azul (como la del rincón de la calma) enrollada en la parte de abajo del armario, así que solo tienen que abrir la puerta y colocar la esterilla en el suelo delante de su espejo.
En el espejo ven lo que están haciendo, sus movimientos, su cuerpo... y en la esterilla están cómodos, no están en el suelo (están calentitos), pero tampoco están en la cama, que al final no estaba resultando de ayuda en esta rutina.
2. Ropa que sea fácil de quitar:
Camisetas de punto sin botones, pantalones con goma, zapatos con velcro... Poco a poco según vayan controlando las habilidades necesarias podemos ir aumentando gradualmente la dificultad de la ropa, pero al principio, que la ropa les facilite la autonomía es muy importante.
3. Momentos de calma para jugar a quitar y a ponerse distintas prendas:
Como os conté en el post anterior, aprovechamos momentos en los que yo estoy destendiendo y doblando ropa, por ejemplo, para que ellos jueguen a ponerse y quitarse distintas prendas. Así practican fuera de los momentos de tensión y prisas de antes de salir a algún sitio o de antes de acostarse. También les ofrecemos cestos con calcetines para que practiquen si quieren en ratos de juego.
Por último, tenemos una canción con coreografía para ayudarles a quitarse la camiseta que está siendo todo un éxito 😂.
4. Materiales Montessori específicos:
Existen algunos materiales de Vida Práctica Montessori que les ofrecen la oportunidad de practicar y perfeccionar las destrezas necesarias para quitarse y ponerse la ropa, aislando la dificultad al hacerlo sobre los materiales y no sobre ellos mismos. Os hablaré de ellos próximamente, porque tienen mucha miga.
¿Dónde pongo la ropa que me he quitado?
Otra dificultad que encontrábamos era que dejaban tirada la ropa que se quitaban y analizando por qué, descubrimos que necesitaban sitios específicos y definidos donde poder colocarla. Así que:
1. Cesto de la ropa sucia:
Colocamos un cesto de la ropa sucia a su alcance y muy cerca del lugar destinado a quitarse la ropa. Cuando se la quitan pensamos qué prendas están sucias y las ponen ellos dentro.
2. Perchas para la ropa de estar en casa:
Cuando se quitan la ropa de estar en casa para ir a la calle y no está sucia como para echarla en el cesto, la colocan en unas perchitas que hicimos con unos ganchitos adhesivos que compramos en un bazar a los que les pegamos unas letras de madera (sus iniciales) que venían en el envoltorio de algunos juguetes de Reyes. Por último pegamos los ganchitos a su altura en la puerta de su habitación.
3. Cestas colgantes para la ropa del día siguiente:
Cuando se quitan la ropa que han usado para salir a la calle y no está sucia como para echarla a lavar, la ponen en unas cestitas que hemos colgado (tienen dos ganchitos detrás) en la calefacción, y así la dejan preparada para volverla a utilizar al día siguiente.
Lo mismo hacemos si sabemos que a la mañana siguiente vamos a tener que ir corriendo a algún sitio. La noche anterior elegimos la ropa y la dejamos preparada en las cestitas.
¿Qué ropa me pongo?
El tema de "dejarles elegir su ropa sí o no" daría para otro post entero... así que no voy a tratarlo ahora, pero sí os adelantaré que, de momento, nosotros les dejamos elegir su ropa dentro de unas acotaciones.
Entre otras cosas, observamos que demasiadas opciones, lógicamente, les abruman, así que la solución que hemos encontrado para que puedan elegir qué ropa ponerse pasa por:
1. Ropa accesible, clasificada en grupos, ordenada y visible:
Sobre cómo ordenamos la ropa de los peques para que puedan elegirla dentro de unos límites necesarios, os hablaré también en un próximo post, pero os diré que hemos visto que la clave para nosotros es que la ropa esté clasificada por actividades o funciones (ropa de casa, de dormir, interior...), que esté a su altura y accesible, y que esté doblada de tal forma que se vean todas las opciones posibles y que al escoger una opción no haya que desmoronar todas las demás...
La dificultad de ponerse la ropa:
Y este post acaba casi como empezó... igual que es difícil quitarse la ropa es casi un poquito más difícil ponérsela.
Para facilitarles la tarea, además de las soluciones de las que hablábamos antes (un lugar específico, momentos de practicar en calma, materiales de vida práctica...) hemos visto que es de gran ayuda colocarles la ropa sobre la esterilla orientada de la misma forma en la que se la tendrían que poner:
1. Colocamos las prendas en orden inverso:
Hacemos una torre con las prendas y colocamos abajo del todo la última que se van a poner y arriba la primera, por ejemplo (de abajo arriba): camiseta, pantalón, calcetines y calzoncillos.
2. Las colocamos con la abertura hacia donde se pondrán ellos:
Es decir que dentro de la torre, colocaremos las prendas en la posición en la que deberían cogerlas para ponérselas, por ejemplo: la camiseta con el dibujo hacia abajo y la abertura hacia el niño (para que cuando se la meta por la cabeza quede el dibujo delante y la camiseta del derecho), los pantalones con la parte de delante hacia arriba y la abertura hacia el niño, los calcetines de frente (no de perfil, con el talón en el lateral) y los calzoncillos o braguitas igual que los pantalones.
A medida que cogen destreza podremos observar cómo van dejando de necesitar estas preparaciones y pueden vestirse sin necesidad de que les coloquemos nada (como es actualmente el caso de S), pero al principio conviene ir sorteando las dificultades de una en una.
¡Ya!
Y esto es todo lo que, de momento, os puedo contar sobre cómo hemos acercado esta rutina a Montessori.
Nuevamente no podemos estar más contentos con estas decisiones que, como veis, están al alcance de todos, pero sí que creo que cada familia debe buscar las que le funcionen en casa.
Por último diré que el hecho de que pretendamos que nuestros hij@s se vistan solos no significa ni mucho menos que les abandonaremos a su suerte y nunca jamás de los jamasés les volveremos a vestir nosotros... no, habrá días en los que ellos quieran hacerlo solos, otros en los que si les insistimos lo harán solos y otros en los que preferirán (por cualquier motivo) que les vistamos nosotros...
No dejemos de hacerlo si nos lo piden porque son momentos únicos e irrepetibles de mimos, de juego, de intercambios de afecto, de conexión, de exclusividad... y ellos... lo saben 😊 ¡Aprovechadlos porque crecen muy rápido!
¿Y vosotros, cómo habéis Montessorizado esta rutina?
¡No te pierdas nada!
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