Hace algunos días os contaba sobre la importancia de permitir y motivar a nuestr@s hij@s a vestirse y desvestirse solos... pero lo cierto es que es algo nada fácil de conseguir...
El estrés y las prisas que siempre tenemos, las ropas complicadas, el estado de ánimo de los propios niños, la dificultad motora que conlleva para ellos, la elección de la ropa apropiada, cómo ordenar la ropa para facilitarles la autonomía a la hora de cogerla, la dificultad a la hora de vestirse, pero también a la de desvestirse...
Seguro que coincidís conmigo en que es una de las rutinas que más tensiones genera en las mejores familias 😂
Incluso para nosotros, que no solemos tener prisa por las mañanas porque no tenemos que ir al cole, supone muchas tensiones y frustraciones, pero también muchos aprendizajes para todos: para los niños a veces es todo un logro conseguirlo, lo que les da un chute de autoestima tremendo (que se refleja en sus caritas), además de reforzar su camino hacia la autonomía; y para nosotros es un entrenamiento en la paciencia, la calma, el guiar sin intervenir demasiado, el no rescatar, el alentar... y la puntualidad 😁
Así que pensando en cómo lo hemos ido haciendo nosotros para posteriormente, acercar esta rutina a Montessori un poquito más, se me han ocurrido estos 5 TIPS que creo que han sido clave para empezar a acompañar a nuestros hij@s en esta tarea.
¿Queréis saber cuáles son estos consejos que han hecho el cambio en nuestra familia? ¡Pues os los cuento!
1. Describir lo que hacemos:
¿Cuándo? Pues... desde el principio de su vida. Todos sabemos que los bebés pasan mucho tiempo en el cambiador con sus cuidadores, pues podemos aprovechar esos momentos de calma, distensión e interacción privilegiada para ir preparando el terreno.
¿Cómo? Pues en primer lugar pidiéndoles permiso (sí, como lo lees) para vestirles y desvestirles (interiorizarán de manera natural que no son "muñecos de trapo" y que nadie debería vestirles o desvestirles sin permiso...). Obviamente no nos van a contestar, pero la semilla ahí queda...
Además de pedirles permiso, les iremos narrando lo que vamos haciendo, tipo: "ahora voy a ponerte la camiseta, necesito que metas la cabeza por el agujero grande, ahora una mano por la manga y la otra por la otra manga, tapamos la barriguita... ¡y ya está! Ya tienes puesta tu camiseta ¿has visto qué dibujo tiene? Es un..." (sí, así, aunque parezca que estamos un poco tarumbas 😂)
Con S no me preocupé mucho por hacerlo, pero con R me empeñé bien y ya os conté que con 5 meses metía ella sola las manos en las mangas e incluso se cambiaba de mano el juguete que tuviera en ese momento.
2. Invitarles y dejarles colaborar:
Si observamos a nuestr@s bebés, nos daremos cuenta de que hay un momento en el que empiezan a querer colaborar, bien porque lo piden ("yo, yo"), bien porque se lanzan a hacerlo (como R con sus mangas) o bien porque se enfadan muchísimo si lo hacemos nosotros (vamos... que tienen una rabieta de las buenas y no sabemos por qué... pues igual es porque quieren colaborar y no les dejamos).
Ese es el momento para invitarles y dejarles que colaboren. Y sí, verás de lo que son capaces: no les cojas el brazo y se lo metas por la manga, prepara la manga y que metan ellos el brazo; no les cojas el pie y se lo metas en el zapato, ofrece el zapato y pide o espera a que metan el pie; y lo mismo con las perneras de los pantalones, prueba a que sean ellos quienes metan las piernas.
Mi experiencia haciendo esto es que poco a poco R ha ido ganando en autonomía a la hora de vestirse o desvestirse, y lo que antes nos costaba 5 minutos hoy nos cuesta 2... ¡es increíble cómo mejora su técnica por días! Además... nos ha evitado bastantes rabietas desde que localicé que este era el motivo...
3. Ya ¡Pero es que tarda muchísimo! (busca momentos de calma)
Que sí, que es más fácil y rápido hacerlo tú, pero a largo plazo no os estáis beneficiando ninguno de esa intervención (cuando es innecesaria, cuando es necesaria hay que hacerla).
Obviamente habrá que buscar momentos de calma, en los que no haya tanta prisa por terminar, para que puedan colaborar todo lo que quieran mientras nosotros esperamos pacientemente a que consigan meter la pierna en el pantalón y no metan las dos por el mismo sitio, o a que les guste su logro y quiera disfrutar de él quitándose de nuevo los zapatos y volviendo a empezar.
Nosotros podemos permitirnos dedicar gran parte de las mañanas a esta tarea (pero graaaaan parte) y los días que tenemos prisa aprovechamos los momentos de después del baño o de ponerse el pijama, que suelen ser más calmados.
Y además... como dice la pedagogía Montessori, intentamos aislar la dificultad, es decir: es complicado que se vistan solos, pero aún es más complicado si hay presión porque tenemos prisa.
Así que otra de las soluciones que encontramos a este problema fue aprovechar momentos, como cuando destiendo y doblo la ropa de los niñ@s, para dejar que R juegue y experimente quitándose y poniéndose la ropita que he sacado del tendedero. Ella se entretiene y me deja doblar y guardar... y además practica en un momento de distensión y calma y solo tiene que centrarse en eso, no en vestirse y hacerlo deprisa.
4. El ambiente preparado:
Como en toda la pedagogía Montessori, el ambiente es fundamental para favorecer o entorpecer la autonomía del niñ@. Por tanto, debemos prepararles un lugar que permita que se vistan y se desvistan con facilidad, y que además les invite a ello.
Nosotros colocamos un espejo de IKEA dentro de la puerta de su armario y a su altura, y tenemos una esterilla azul dentro del armario que colocan en el suelo frente al espejo. Así, dejan la puerta del armario abierta, se ven en el espejo (que es de gran ayuda) y se sientan en la esterilla para vestirse y desvestirse.
De esta forma tan sencilla hemos creado un rinconcito que, además de no ocupar nada de espacio extra porque es de "quita y pon", permite y les invita a centrarse en esta actividad. Antes de poner la esterilla era abrir el armario y salían pitando en pañales por toda la casa, pero ahora tienen un espacio limitado para realizar esa tarea, y salvo exceso de otros estímulos externos, suelen quedarse en él para vestirse.
5. Ropa que favorezca su autonomía:
Y por supuesto... ¡la ropa! Al elegir la ropa debemos tener en cuenta si facilita o no su autonomía a la hora de ponérsela, por ejemplo: si es elástica o rígida, si es amplia, si tiene goma o cremallera o mil botones, si tiene lazos, si tiene botones grandes o pequeños, si los zapatos tienen velcro (aunque tampoco soy partidaria de abusar del velcro) o son de cordones, si llevan mil capas de ropa...
Observando al niñ@ veremos qué características necesita en su ropa para conquistar la autonomía sin quedarse estancado... es decir, que una vez que domina los botones grandes podemos proponerle el reto de una camisa con botones más pequeños y no quedarnos eternamente en los grandes (y lo mismo con el velcro de los zapatos)
Y por estos pequeños cambios empezamos nosotros...
Con S nos pilló desprevenidos y no tuvimos tan en cuenta todas estas cosas... pero con R sí y la diferencia entre uno y otro es bastante grande, así que os animo a ponerlos en práctica 😉
Recientemente hemos "reorganizado" el dormitorio de los niñ@s para acercar esta rutina a la pedagogía Montessori, así que os enseñaré próximamente más cositas que nos están ayudando a todos (adultos y niños) a lograr este peldaño del camino a la autonomía.
Y por supuesto, también hablaremos de algunos materiales de Vida Práctica que invitan a nuestros peques a practicar estas habilidades.
¿Seguís alguno de estos tips? ¿Añadiríais algún otro que haya sido clave para vuestros peques?
¡Gracias por acompañarnos en esta aventura!
¡No te pierdas nada!
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