Aviso: hoy toca post muy personal
Un top en las preguntas que más me hace la gente cuando digo que mis niños de momento no van al cole, es: ¿Y J, está de acuerdo?
Muchas veces la pregunta viene acompañada por caras de: "alucino con que esté de acuerdo con esta locura", o caras de "seguro que no está de acuerdo pero no te lo dice para que no te enfades", o de "menudo inconsciente", o de "menudo calzonazos que se deja manipular por la loca de su mujer"...
Pues hoy, aprovechando que es el día del padre, me gustaría compartir qué pinta J en todo esto del "homeschooling", para que también quede clara cuál es su postura al respecto y que todas esas cosas que mucha gente piensa cuando comunicamos nuestra decisión (nótese ya que digo NUESTRA), son mentiras sin fundamento.
Tengo la inmensa suerte (inmensa se queda corto) de que Dios me ha regalado un marido como J... de verdad, es maravilloso.
Dentro de esa Maravilla, hay cualidades como: plena confianza en mi y en mis ideas, apoyo incondicional a mis propuestas, un conocimiento muy, muy, muy, muy, muy profundo de los anhelos de mi corazón, un amor sincero y transparente que me quiere como soy, con mis corduras y mis locuras (al lado de las cuales se queda corto el homeschooling) y por supuesto: una gran dosis de confianza en Dios y en su Providencia.
Un poco de la historia del Homeschooling...
El año pasado por estas fechas nos tocaba elegir cole para S... Menudo momentazo. Yo tenía muy claro lo que quería para él y lo que no quería ver ni en pintura. Por desgracia, lo que quería para él existía, claro que sí, pero no podíamos permitírnoslo ni económica, ni logísticamente, así que solo me quedaban opciones que no quería.
A todo esto se añadió que gracias a Dios, alguien nos rompió la ventanilla del coche y nos robó el SRI que teníamos para S (y digo gracias a Dios porque al ir a comprar una sillita nueva nos informaron de que esa silla, pese a ir a contramarcha, NO ERA SEGURA... Cuando caí en esto después del accidente volví a agradecer aquel robo...)
Era la segunda vez en menos de un año que nos robaban en el coche... eso sumado a otros problemillas con el barrio en el que vivimos fue el detonante definitivo que nos hizo buscar piso en otros sitios... hasta dar con la que será nuestra casa, si Dios quiere, en un año y medio.
No puedo estar más agradecida a ese segundo robo... gracias a él ahora tenemos una casa en construcción en un barrio maravilloso yyyy compramos para S y R sillitas a contramarcha con el plus Test (lo más en seguridad).
Aunque en el momento de decidir cole aún no habíamos encontrado la casa de nuestros sueños, sí que sabíamos seguro que no queríamos seguir aquí... así que... ¿cómo íbamos a hacer con el cole si aún no teníamos ni idea de dónde íbamos a vivir al año siguiente?
La decisión
Recuerdo perfectamente esa noche en la que tomamos la decisión. Los niños estaban milagrosamente dormidos, y J se sentó en el sofá. Le expuse mi preocupación con el tema "cole" y "casa"... y descubrí que él también había pensado que era un problema:
"¿Y has pensado en alguna solución?"- le dije-.
"Sí... hacer homeschooling de momento"- contestó J-.
Me quedé a cuadros... ¡pero con una alegría inmensa! ¡Lo había dicho él, no yo, pero yo pensaba exactamente igual! Los dos habíamos pensado lo mismo por separado... ¿no os parece una verdadera prueba de comunión?
En ese momento, respiré; pero aún así, fui un poco más allá para constatar que su decisión era libre e informada, y le hice preguntas del tipo: ¿y los demás, qué van a decir? ¿y no prefieres que yo busque un trabajo "de verdad"? ¿y no sería mejor meterle en el cole que sea y cuando nos cambiemos le cambiamos también de cole? ¿y...?
No, J estaba muy convencido de que en ese momento era la mejor de las opciones, y por supuesto, yo también.
Así que no, no es una rareza solamente mía, ni siquiera es una "rareza", ya que un hombre tan sensato como J apoya esta idea totalmente. Tanto, que sin él, sin todo lo que trabaja fuera de casa por los dos, sin todo lo que trabaja dentro de casa por los dos, sin todo lo que dedica a ayudarme con materiales, a apoyarme emocionalmente cuando lo necesito, a motivar a S a seguir aprendiendo, a animarme a mí a seguir con este proyecto, a defender a capa y espada nuestra decisión... esto que estamos creando en nuestra pequeña familia, no sería posible.
Porque esto es cosa de dos, o mejor dicho, de tres (que "al de Arriba" también le preguntamos) y por eso funciona tan bien.
Gracias Papá por regalarnos estos años tan preciosos y únicos. Gracias Papá por todo lo que haces por nosotros.
Gracias Señor por J, no podrías haber elegido mejor padre para mis hijos... ¡qué bien haces las cosas!
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