Comenzamos con el primer experimento de nuestro Proyecto sobre el Arcoíris. Como no podía ser de otra manera, lo primero era conseguir formar nosotros un arcoíris para seguir contestando a la pregunta que originó este proyecto: ¿Por qué no vemos el arcoíris todos los días?
Tocaba descartar y confirmar hipótesis de la lluvia de ideas que hicimos en nuestra pizarra al empezar con el proyecto. ¿Tendría que ver el arcoíris con los árboles? ¿Con el Sol? ¿Con la lluvia? ¿Con todo junto?
¿Qué "ingredientes" necesita la naturaleza para que salga el Arcoíris? Para ello, lo ideal habría sido intentar hacerlo en el exterior, pero las condiciones climatológicas de esa semana no nos dejaron (no había ni un rayito de sol), así que empezamos por fabricar un arcoíris en casa.
Observando la foto, dejé que los niños decidieran qué utilizar. Tenían claro que había agua (lluvia) y había sol, así que decidimos investigar si nos saldría un arcoíris utilizando una luz y un vaso de agua, el vaso sería la lluvia y la luz sería el sol.
Se colocaron frente a una pared blanca (aunque podéis usar un folio también) y llenaron sus vasos de agua. Después apagamos la luz del salón y encendimos un flexo pequeñito que tenemos de IKEA, de los que se agarran con una pinza (porque da más luz que una linterna, pero también vale linterna si no tenéis flexo) y enfocando a los vasos estuvieron buscando el arcoíris... ¡y apareció!
Dependiendo de la distancia y de la dirección de la luz se veía más fuerte o más tenue, más grande o más pequeño. En mi Instagram (@con_s_de_mama) tenéis un reel de esos momentos, pasad a verlo 😉
Tras un rato jugando y experimentando les pregunté: ¿Qué pasaría si una nube tapara el Sol? Para comprobarlo, tapamos la luz con la mano y, nuestro arcoíris, obviamente desapareció.
Cuando se cansaron de experimentar, volvimos a coger nuestra pizarra con la lluvia de ideas del día anterior, las leímos y descartaron rápidamente las que no creían correctas, como la de que el arcoíris sale de los árboles.
Entonces ¿Por qué ayer había arcoíris y hoy, aunque ha llovido, no ha salido?
Ellos solos llegaron a la conclusión de que la diferencia entre un día y otro estaba en el Sol y en las nubes. El día que salió el Arcoíris, las nubes no tapaban el sol y entonces el sol podía iluminar las gotas de lluvia, en cambio, al día siguiente, había tantas nubes que el sol no podía iluminar la lluvia, como cuando nuestra mano tapaba la luz en el experimento.
En la pizarra, por detrás, apuntamos nuestras conclusiones: para que salga el arcoíris necesitamos Sol que ilumine la lluvia.
Después decidimos cuál iba a ser nuestro Rincón del Proyecto, como hacíamos en nuestra casa vieja, y colocamos en él la luz y un vaso para que ellos, cuando quisieran, pudieran repetir el experimento tantas veces como les apeteciera.
Por la noche, mientras se tomaban un vaso de leche, S preguntó: ¿Saldría un arcoíris con un vaso de leche?
Lo comprobaremos en el próximo experimento 😉
¿Qué os ha parecido? ¿No es increíble esta forma de vivir el aprendizaje?
¡Gracias por seguir al otro lado!
y en Facebook @conSdeMama
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