En el último post os conté que S se había lanzado a escribir números y que le había propuesto el material de las Cifras Rugosas Montessori para que empiece a asociar las grafías numéricas con su cifra correspondiente.
Pues una de las actividades que suelen ofrecerse a los peques cuando ya llevan un tiempo con las Cifras Rugosas (según los libros de Montessori Paso a Paso), es la bandeja de sémola. Así que se la ofrecí a S, y por supuesto, también a R.
¡Os cuento cómo hacerlas y cómo las utilizamos nosotros!
Cómo hemos hecho nuestras bandejas de arena o sémola
Este es un material facilísimo y que suele gustar mucho a los peques de todas las edades porque les ofrece muchas posibilidades de exploración sensorial.
Para hacerlas hemos usado:
- Bandejas o cajas de alimentación (las compramos en un bazar) de las que sirven para guardar alimentos en el frigo.
- Sémola o similar. Nosotros no queríamos sémola porque me daba miedo que cogiera bichillos (vivimos en un bajo... con muchos bichillos 😂). Sé que hay personas que utilizan sal pero también he leído que no es recomendable porque puede escocerles si tienen alguna herida en los dedos. Así que las nuestras son de arena de decoración de Ikea (tengo kilos de arena que sobró de nuestra boda, osea que no he comprado nada extra). La clave es que lo que metamos sea de un color que contraste con el fondo de la bandeja, para que se vea bien el dibujo.
- Cubrimos 1cm aproximadamente de la base de la bandeja con la arena y ¡listo!
Cómo las utilizamos
Aquí de nuevo veo las diferencias entre S y R, propias de su personalidad, de sus estilos de aprendizaje y del periodo sensible en el que se encuentra cada uno.
R empezó a utilizarla de una manera exclusivamente sensorial. Hundía sus manitas, cogía la arena y la soltaba despacito observando cómo caía, enterraba sus dedos, cogía más arena y la lanzaba contra la bandeja, escondía piedrecitas o botones, traía cucharas y vasos y hacía trasvases...
Después (a los días) fue alternando esta forma de utilizarla con el dibujo. Comenzó a dibujar en la arena con su dedo, de hecho, la primera "cara" que ha dibujado en su vida ha sido en la bandeja de arena.
S empezó a utilizarla el año pasado con unas tarjetas de trazos que le preparé para ello (y que os dejo al final del post en PDF por si queréis imprimirlas y plastificarlas para usarlas con vuestros peques). Como es S, cogía una tarjeta y dibujaba el trazo, y luego otra y otra y otra. Una vez hechas todas una sola vez, hacía algo de juego sensorial, pero poco más, necesitaba pasar a otra cosa.
Ahora con las cifras rugosas ha vuelto a retomar la bandeja. Pero también hace cada cifra una vez o un par de veces y con eso ha tenido suficiente. Y yo lo respeto, porque es su estilo de aprendizaje y soy testigo de que a él le basta con eso.
Recientemente R me ha pedido tarjetas como las de S, así que le he dado las primeras tarjetitas que utilizó él hace un año. ¡Son tan diferentes! Ella se recrea en los trazos y puede estar fácil media hora repitiendo y repitiendo los mismos 3 dibujos por puro placer.
Las tarjetas de trazos:
Como os decía se las preparé a S hace un año (tenía 3 años entonces). Son unas tarjetitas plastificadas con un trazo en negro. Les pegamos una pegatina en el punto en el que S debía comenzar el trazo.
La idea es que el niñ@ coja una tarjeta, ponga el dedo en la pegatina y siga el trazo sobre la tarjeta. Luego se le invita a realizar el mismo trazo sobre la bandeja. Para borrarlo simplemente hay que mover un poco la arenita de lado a lado.
Tengo en mente hacer una versión mejorada con los trazos en lija, pero no me da la vida 😂.
Cómo trabajamos las cifras Rugosas:
La ventaja de las cifras rugosas sobre las tarjetas de trazos es, precisamente, el papel de lija, que le da al niñ@ más información sensorial que el trazo impreso.
Lo trabajamos igual. S coge una cifra, la sigue con sus dedos índice y corazón mientras dice: "Es el 1" y luego si quiere lo dibuja en la bandeja. Como ya ha interiorizado bastante bien el trazo del número en la lija, él mismo puede comprobar si lo ha dibujado correctamente o no (de hecho se le nota cuando duda o cuando sabe que ha puesto el dedo en el lugar que no es... se da cuenta por sí mismo perfectamente).
¡Alto! Ni loc@ dejo a mis hij@s que jueguen con arena... ¡lo pondrían todo perdido!
Y los míos también, lo ponen todo perdido... pero parte de la actividad en Montessori es recoger después y parece que S y R lo tienen ya bastante integrado (obviamente necesitarán muchas veces de nuestra ayuda y de nuestra presencia... no es magia)...
Además ¡les encanta pasar la aspiradora! Y más desde que encontramos esta aspiradora de mano en Leroy Merlin (funciona a pilas y se vacía y se limpia genial). Es perfecta para ellos y la tenemos en su rinconcito de limpieza para que la usen cuando la necesiten... Así que cuando eligen sacar las bandejas sacan también la aspiradora. Muchas veces aspiran ellos por el placer que les da aspirar, y algunas veces aspiro yo porque ellos ya están a otra cosa... pero de eso se trata Montessori, de proponer y no de obligar.
A mí me parece una actividad muy rica y a la que estamos sacando mucho partido... ¿Os animáis a proponérsela a vuestr@s peques? Os dejo las tarjetas en PDF por si acaso 😉
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