Hace ya unos meses os conté que R estaba empezando a identificar colores por su cuenta y al verla le habíamos fabricado la Caja de Color nº1 Montessori para satisfacer esa curiosidad.
También os contaba en aquel post cómo lo primero de todo fue que R explorase el material a sus anchas, sin que nosotros pretendiéramos nada más hasta que estuviera preparada para más. Ella sacaba sus palitos y se quedaba con el azul, que era el color que mejor identificaba.
Pues bien, hace un mes llegó el momento en el que vimos que estaba preparada para el siguiente pasito, así que le presentamos el material como hemos visto que se hace en Montessori (recuerdo que de momento no soy guía... solo una mamá que hace lo que puede y que le encanta aprender por su cuenta sobre este tema).
¿Queréis saber cómo lo hicimos y cuáles están siendo los resultados? ¡Os lo cuento!
¿Cómo supimos que estaba preparada para el siguiente paso?
En este primer post sobre el material os conté cómo R se quedaba siempre con su palito azul. Bien pues de repente un día observé cómo, por iniciativa suya, colocaba el palito azul sobre cosas azules (sobre su camiseta, sus jugetes, platos...) y decía "zul" mientras emparejaba el color. He de decir que ayudó que en ese momento llevara una camiseta de color azul y se percatara de ello.
Eso me dio la clave para pensar que estaba lista para emparejar los palitos de la Caja de Color, así que se lo propuse presentándole el material.
¿Cómo presentamos la Caja de Color?
Como os expliqué, lo primero que buscamos con este material es la discriminación visual, luego vendrá el lenguaje, es decir que, al principio, nos centraremos en que los palitos queden emparejados por colores (aunque al poner el rojo siga diciendo azul) y más adelante irá saliendo el lenguaje.
Lo primero que hice fue ponerme enfrente y hacer los movimientos en modo espejo (osea yo con la izquierda en lugar de la derecha). Le presenté la bandeja de los colores con tres palitos dentro del vaso a su izquierda y los otros tres ordenados sobre la bandeja y separados entre sí.
Después, en silencio, saqué un palito del bote (que se correspondía con el último de los de la bandeja), pongamos que era el azul, lo puse encima del primer palito de la bandeja (que era amarillo) y con la cabeza dije "NO", probé encima del siguiente palito (el rojo) y nuevamente negué (efusivamente, para que lo noten) que fuera la pareja del palito de mi mano. Por último lo coloqué sobre el azul (el último palito de la bandeja) y dije "SÍ" con la cabeza, dejando el palito de mi mano sobre el azul de la bandeja.
Repetí lo mismo con los palitos rojo (que se correspondía con el segundo de mi bandeja) y amarillo (el primero). Cuando acabé, volví a meter los tres palitos de arriba en el bote y le ofrecí la bandeja a R, diciendo: "tu turno".
Ella, muy hacendosa, se puso a emparejar palitos y a mover la cabeza como yo había hecho. Al principio emparejaba solo el azul, pero día tras día, fue emparejando los tres colores: ¡Lo había conseguido!
Actualmente...
Actualmente los empareja "con los ojos cerrados" si quiere 😂 (obviamente es un decir...) y ya hemos empezado con la siguiente fase, la del lenguaje. El amarillo y el azul los tiene controladísimos, le queda el rojo, pero solamente decirlo, si yo le pido el rojo sí que sabe qué palito es...
La semana que viene os cuento cómo presentar los nombres de los colores con la "lección en tres tiempos" y próximamente os enseñaré otras actividades sensoriales que hacemos con la temática del color ¡lo están pasando genial con ellas!
¿Y a vuestros peques les interesan los colores?
¡Gracias por leerme!
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