Como dice Jane Nelsen: "La decisión debería seguir en vigor hasta que alguien vuelva a incluir el problema en la Agenda".
Seguro que muchos recordáis el fruto de nuestra primera Asamblea Familiar de Disciplina Positiva: la Rueda de Opciones para el baño de S...
De hecho, muchos me preguntáis que cómo va el tema... Bien, pues dos meses más tarde, hemos vuelto a incluir ese punto en la Agenda Familiar: la Rueda de Opciones para el baño funcionó bien el primer mes, pero luego empezó a fracasar.
¿Qué es lo que ha fracasado?
Al principio S estaba muy motivado eligiendo cuándo bañarse, si jugar o no jugar, si antes o después de la cena... hasta que la opción de "Después de la cena" empezó a convertirse en una forma encubierta de procrastinación... osea de "lo dejo para más tarde porque ahora no me apetece pero como luego será MUY tarde igual estoy muy cansado y puedo proponer dejar el baño para MAÑANA".
Así que, a partir del primer mes, S empezó a elegir siempre esta opción, guardando esperanzas de que al ver que estaba muy cansado yo le aplazara el baño al día siguiente...
Pero no fue así. S lloraba y lloraba y pataleaba y pataleaba pero... yo le validaba su cansancio y le recordaba su decisión señalando a la rueda: sé que estás muy cansado, has elegido después de cenar y ahora es después de cenar (ya sabéis... con toda la amabilidad que me permitía el momento y con toda la firmeza de la que era capaz esta mamá que también tenía ganas de mandar el baño a la porra...)
Volvíamos a tener el conflicto inicial montado: S enrabietado con el baño, R sin poder dormir, yo de los nervios aguantando con la poca paciencia que me queda al final del día, J poniendo caras de "esto no funciona..." y al final yo acababa bañando a S de manera muy borde/brusca, algo que se alejaba totalmente de todos nuestros objetivos... 😂 un show.
Segunda oportunidad
Ante este primer fracaso intenté dar una segunda oportunidad a la opción de bañarse después de la cena recordando a S cuando hiciera su elección que luego podía estar muy cansado...
Tampoco funcionó...
¿Y si no funciona? ¿Qué hacemos? ¿Retrocedemos? ¿Reconocemos que nos hemos equivocado?
Pues obviamente... sí: nos hemos equivocado y hay que reconocerlo. La parte buena es que nos hemos equivocado como familia, como equipo y que reconocer los errores es algo muy positivo que estaría genial que modeláramos en nuestros hij@s.
¿Y qué ocurre si te equivocas? Nada y mucho. Nada porque en este caso tiene solución y mucho porque podemos aprender de ello y mostrar a nuestros hijos que el "error es una fuente de aprendizaje" como decía María Montessori.
Podemos y debemos aprender de nuestros errores. Ahí tenemos otro valor que me gustaría transmitir a mis niños... ¡así que no podía dejar pasar esta oportunidad de "entrenamiento"!
Como he dicho al principio... tal y como recomienda Jane Nelsen en "Cómo educar con firmeza y cariño", cuando nos vemos en una situación así, ésta acaba cuando alguien vuelve a poner el punto en la Agenda familiar. Así que... me tocó incluirlo y este fin de semana lo hemos tratado nuevamente.
Por supuesto, avisé a S la semana pasada de que había incluido el punto en la agenda y de que creía que esa opción no estaba funcionando, no le estaba haciendo ningún bien a nadie de la familia, así que no le pilló por sorpresa y lo aceptó muy bien.
La nueva solución
La nueva solución que propusimos entre todos pasa porque S tendrá que bañarse antes de cenar, pero aún así podrá decidir entre dos momentos para el baño:
- Bañarse con una hora de antelación en caso de querer jugar en la bañera.
- Bañarse con menos antelación y, por tanto, sin jugar en el agua.
Igualmente, mantenemos las opciones de bañarse solo o con ayuda (aunque solo suele pedir ayuda para la cabeza), ya que éstas sí que estaban funcionando, así como la de bañarse un día sí y otro no.
¿Cuánto de "respetuosa" tiene esta nueva solución?
Es igual de respetuosa que la anterior (cuando se propuso, porque ya había dejado de serlo). Es respetuosa con S, con sus tiempos y con su capacidad de elección (entre opciones limitadas) y es respetuosa con el resto de la familia, ya que R podrá dormir a su hora, y J y yo no terminaremos de agotar nuestra paciencia a esas horas del día.
Nuestra nueva Rueda de Opciones
Y solo me queda enseñaros cómo ha quedado nuestra nueva Rueda de Opciones y deciros que, efectivamente, si de nuevo no funciona habrá que volver a añadirla a nuestra Agenda Familiar...
Pero con mucha paz porque lo que estamos aprendiendo todos con este proceso es muy, muy, muy valioso 😊 como dicen por ahí: "cambia el camino pero no cambies la meta".
¿Estáis de acuerdo con esta frase? ¿Os gustaría que vuestros hijos aprendieran el valor de transformar el error en oportunidad de aprendizaje? ¡Gracias por leerme!
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