Ya os conté cuando me desahogué de mi desastroso verano que esta vez me había costado más que nunca preparar las cositas para la llegada de Miguel: La bolsa del hospital estuvo literalmente dos semanas a medio hacer sobre la mesa del salón y el cambiador tuvo sus cajones completamente vacíos hasta el día anterior a su nacimiento... El bloqueo de mi cabeza no me dejaba ni siquiera pensar en eso... Todo lo contrario a lo que me ocurrió cuando estaba embarazada de mi primer hijo.
Y es que cuando vamos a tener un bebé, una de las cosas que más nos suele preocupar a las madres es tener preparado todo eso que "necesita un recién nacido" para sobrevivir en el mundo... Es posible que, si sois primerizas, estéis pensando en la cuna, el carrito, la sillita del coche, la ropita, la bañera, el cambiador, las gasas, los pañales... (si ya tenéis más hijos, puede que vuestras preocupaciones sean otras, y TODAS están bien)
Al menos eso era lo que a mí me preocupaba y me quitaba el sueño literalmente cuando el que estaba en mi barriga era S (mi mayor) y no Miguel: "J, estamos ya en agosto y aún no hemos mirado la cuna, ni el carrito, ni..."
Entonces, buscas en Internet eso de "Listas de lo que necesita un recién nacido", lees unas cuantas versiones en las que aparece prácticamente lo mismo e imprimes la que más te convence en función de lo que en ese momento crees o tienes entendido que van a ser las necesidades de tu recién nacido y te vas a recorrer tiendas de "puericultura" en las que te abrumas porque descubres que todo, absolutamente todo, es un mundo.
Así que vuelves a casa y haces un estudio de mercado (si tienes amigas que ya han pasado por ello, les preguntas para conocer su experiencia y añadirla a tu estudio), más o menos exhaustivo, de marcas, calidades, precios, opiniones... porque obviamente: quieres lo mejor para tu bebé y no quieres equivocarte en tu elección (que además están los precios... como para equivocarse).
Y todo esto... es importante, lógico, normal y esperable, es como nuestra forma de prepararnos para la llegada de nuestro bebé, de concienciarnos, de tenerlo todo listo, de empezar a ser padres... de preparar el ambiente exterior para poder preparar también nuestro ambiente interior (de nuevo, una de las funciones del ambiente preparado que, como veis, sirve tanto para niños como para adultos).
Pero si pudiera hablar con la Rocío primeriza, le diría una cosa fundamental de la que NO ERA CONSCIENTE ENTONCES: LO ÚNICO QUE NECESITA TU BEBÉ...ERES TÚ.
Tú... literalmente, porque el mejor ambiente preparado para un recién nacido va a ser TU CUERPO
Dice María Montessori que:
"Madre e hijo no son más que una sola persona."
~María Montessori. La mente absorbente del niño~
En muchos libros de crianza, parto y postparto se habla del término
EXTEROGESTACIÓN, de hecho, yo
recuerdo haberlo leído antes de que naciera S, pero
lo que mi cabeza no podía imaginar en ese momento era lo que REALMENTE implicaba aquello.
Normalmente se dice que son los
9 meses posteriores al parto (ya os digo que no, que depende de cada niñ@, de su personalidad y de las circunstancias que rodeen a su NACIMIENTO; yo los he tenido de momento de 1 año, de 9 meses y de
2 años...) que se corresponderían con los 9 meses extra que deberían durar nuestros embarazos (18 meses en total) para que nuestras crías humanas estuvieran completamente formadas antes del nacimiento. Como tener embarazos de 18 meses no es biológicamente posible debido a nuestras pelvis estrechas,
los bebés nacen "antes de tiempo" y necesitan "terminar de formarse" en nuestros brazos durante los 9 meses siguientes."Podemos afirmar que el niño ha cambiado su posición respecto de la madre; ahora se halla fuera del cuerpo materno, pero todo continúa igual y subsiste la comunicación entre ellos."
~María Montessori. La mente absorbente del niño~
Esto implica: que tu bebé necesitará estar en tu cuerpo literalmente la mayor parte del tiempo, ya sea lactando, durmiendo, haciendo piel con piel o, simplemente, observando y viviendo todo desde tu regazo (mientras comes, mientras cocinas, mientras limpias, mientras juegas, mientras te duchas, mientras vas al baño, mientras te vistes, de día, de noche, cuando se asusta, cuando descubre cosas nuevas, cuando se siente solo, cuando se hace daño, cuando se ríe, cuando...): tu cuerpo es el medio a través del cual va a poder relacionarse de manera segura con el ambiente que le rodea, así que te va a necesitar MUCHO.
"Madre e hijo son considerados modernamente como órganos de un solo cuerpo en comunicación entre sí. De este modo, la adaptación al ambiente queda favorecida según normas naturales, porque entre madre e hijo existe una conexión dada, casi una atracción magnética."
~María Montessori. La mente absorbente del niño~
Y como no tenemos marsupio o el cuerpo cubierto de pelo como otros mamíferos... necesitamos tener preparados y dispuestos nuestros brazos (podemos ayudarnos del porteo, pero el porteo no va a ser la única manera en que tendremos que exterogestar) que, como veréis al final, son uno de los primeros elementos de nuestra lista.
...Y no solo nuestros brazos, porque...
¿Podéis imaginaros lo exigente y desgastante que es estar 100% disponibles para nuestros bebés 24 horas los 7 días de la semana? (Por supuesto, unos bebés demandan esa dependencia más que otros) Más aún si añadimos que ni nuestras expectativas ni las expectativas de nuestro entorno (sociales, laborales e incluso familiares) se ajustarán, probablemente, a las necesidades reales de nuestro bebé (y tendremos que escuchar mil veces y de mil maneras que nos equivocamos, que lo estamos enmadrando, que lo mimamos demasiado, que necesita separarse de nosotras, que necesitamos separarnos de ellos, que lo malcriamos, que lo acaparamos...).
Eso sí, prometo que cuando consigues discernir lo que es verdad de lo que son percepciones ajenas, haces oídos sordos a lo que no es cierto y ajustas la exigencia de la realidad con las expectativas de "exterogestación" que te habías formado (al menos con las tuyas, que son las únicas que realmente puedes "controlar") cuando leías aquello en los libros de crianza, puedes llegar a disfrutar muchísimo de esa relación auténticamente PRIVILEGIADA con tus hijos y que incluso, llegarás a echarla de menos cuando acabe (que, como todo en la crianza, acaba), convirtiendo la experiencia en algo tan cansado como MARAVILLOSO.
Por eso, mi Lista de las cosas que necesitas para un recién nacido...
Se resumiría en:
Pero como
sé que no es la lista que algunas me habíais pedido😉... y soy consciente de lo que agobian al principio cosas como "qué tengo que tener en casa para cuando nazca mi bebé" (que también es importante)
, os comparto encantadísima mi
"Lista de cosas que ayudan para recibir a un recién nacido en casa" (
la del hospital puedes descargarla aquí)
Y sí, os iré compartiendo también cómo podemos preparar ese ambiente que "no eres tú" pero también ayuda a recibir dignamente al hombre que nace... al estilo Montessori.
Gracias, como siempre, por leerme desde el otro lado 😉
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