Si me seguís en Instagram (y si no me seguís ¡seguidme que ahí compartimos muchas cosas!) sabréis ya que estamos esperando nuestro tercer bebé. En teoría este era nuestro primer bebé "realmente esperado" (osea no sorpresa 😂). A mí me habría gustado que llegara antes, pero justo se prometió mi hermana poniendo fecha con 9 meses de distancia... y como obviamente es una de las personas más importantes de mi vida no quisimos jugarnos nuestra asistencia a su boda. Había que esperar.
Mes a mes se fueron prometiendo más personas importantes, así que lo fuimos retrasando. Hasta ahora. Y tardó un par de meses en llegar, pero gracias a Dios, ha llegado. Y no podemos estar más felices ¡un regalo más del Señor en nuestro matrimonio!
S llevaba tiempo pidiéndole a Jesús un bebé y no os imagináis lo feliz que está con la esperada noticia: "¡Jesús me ha escuchado!" decía "¡Tengo un bebé!"
R, la pobre, no se entera mucho, se piensa que el bebé lo tiene ella... pero poco a poco irá siendo más consciente de la nueva situación.
El resto... como siempre: hay personas que se alegran infinito por nosotros y son capaces de ver más allá de las "preocupaciones" que les genera un tercer bebé en "nuestra situación" (que os resumo: un solo sueldo de profe de primaria y un alquiler que nos está desangrando mes a mes), hay personas que intentan poner buena cara pero se les nota a la legua que no entienden nada de nada y hay personas que directamente nos dicen que cómo se nos ocurre (que por cierto, prefiero esta opción a la segunda).
Y ¿sabéis qué? Esta lección ya la aprendimos con S: los embarazos nunca vienen solos, no, vienen cargados de opinólogos, sí, aunque sea el tercero. Así que nos ponemos nuestro paraguas-especial-para-que-nos-resbalen-estas-cosas (a pesar de que las hormonas, particularmente a mí, me lo ponen muy difícil a veces) y nos centramos en compartir nuestra alegría con todas esas personas que verdaderamente se alegran por nosotros.
Pero hay una segunda acepción de esta frase que acabamos de aprender, sí, ahora, con el tercero. Con el tercero estamos aprendiendo que los embarazos nunca vienen solos, vienen llenos, llenitos de tentaciones, inconvenientes y problemas, que hacen que llegues a pensar que tu embarazo es un error porque "no viene bien a nadie en este momento" y tampoco a ti.
Con S, J se quedó en el paro a la semana. Nos acabábamos de casar y yo estaba terminando la carrera. No teníamos nada de nada, así que... no, no venía bien. Menuda mierda ¡¿por qué me habría quedado embarazada!? ¡Si no era el momento!
R fue absolutamente sorpresa, J pasó nuevamente por el paro y su fecha de parto coincidía con las Oposiciones que yo pretendía sacarme... Lo del paro ya no nos asustaba, pero a la porra las Oposiciones, obviamente. Menuda mierda ¡¿por qué me habría quedado embarazada!? ¡Si no era el momento!
Este bebé estaba súper planificado, J tiene un trabajo fijo, yo estoy a tope con algún proyectillo que espero que pueda aportar algo de dinero en casa, y la fecha de parto no coincidía con nada. ¡Por fin iba a poder disfrutar de un embarazo sin tensión! ¡Era mi embarazo!
... Pues no, los embarazos nunca vienen solos, recordad, vienen llenos de problemas. Hace poquito (ya embarazados) nos enteramos de un evento muy importante para nuestra familia que tendrá lugar exactamente en el mes de mi fecha probable de parto. A la mierda ¡¿por qué me habré quedado embarazada!? ¡Si no es el momento!
Lloré lo que no está escrito, luché conmigo misma, con la situación, con mis sentimientos, con las injusticias, con la falta de empatía... incluso con mi tercer bebé... Pero ¿sabéis qué? Que los embarazos nunca vienen solos, e igual que vienen cargaditos de inconvenientes, vienen rebosantes de PROVIDENCIA. Gracias a Dios, al final de esa tormenta (muy al final...) lo vi clarísimo: confía Mamá que Dios sabe más y no te va a dejar tirada.
¿Que cómo vi a Dios en ese momento tan horrible? Pues veréis:
- Lo vi en la cantidad de gente que se puso en contacto conmigo para preguntarme qué tal estaba al enterarse de la noticia.
- Lo vi en todos los que escucharon mi drama e intentaron consolarme.
- Lo vi en mis padres que me llamaron desde Italia para asegurarse de que estaba bien y me recordaron cuánto me querían.
- Lo vi en mi madre que me dijo que ella "me admira profundamente".
- Lo vi en otras dos personas súper especiales para nosotros, que dejaron lo que estaban haciendo (que seguro que era más importante) y vinieron literalmente a nuestro lado a escucharnos.
- Lo vi en mi marido (el gran olvidado en esto de los embarazos) que, aunque también estaba herido, me soportó y recogió mis trocitos.
- Lo vi en R que durmió toda la noche del tirón, por lo que después de una semana de insomnio pude descansar.
- Y lo vi en las palabras que me dijo S antes de dormir (y que por desgracia no puedo poner aquí para salvaguardar intimidades) demostrándome que, con sus 3 años de edad, es más maduro y empático que muchos adultos.
Así que, sí, los embarazos nunca vienen solos. Vienen llenos de inconvenientes que te hacen pensar que nunca "es el momento", pero si observamos bien y ponemos bien el filtro... veremos enseguida que también vienen cargaditos de detalles del Señor que te va diciendo: tranquilos, porque "Yo estoy con Vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 20).
Que no se os cuele... un embarazo NUNCA, NUNCA, NUNCA es una mala noticia.
¡Bienvenido a casa #bebé3! ¡Gracias por enseñarnos tanto con apenas 6 semanas de gestación! Y gracias a todos los que, sin saberlo, fuisteis Providencia ese día.
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Pero ¡Qué bonita eres! Dios sabe más!! Tu familia que es preciosa y que la está montando Él,la tiene perfectamente planificada!! Ya lo verás! No da puntada sin hilo 😘😘😘
ResponderEliminarAy!!! Tú sí que eres bonita!!! Desde luego que sí... Él sabrá lo que hace ;-) Muchísimas gracias por tantísimo cariño!!!
EliminarMuchas felicidades, familia !!! Un hijo, siempre, es un regalo y una alegría aunque las circunstancias no acompañen. Si esperamos al "momento" perfecto para tener hijos no los tendríamos nunca porque el momento perfecto no existe. Todo niño viene con un pan debajo del brazo y al final, Dios siempre provee. El mundo necesita testigos, no maestros. Gracias por ser lo primero. Un beso enorme y toda mi admiración, mi cariño y mi apoyo para vosotros.
ResponderEliminarMuchísimas gracias!!! No puedo estar más de acuerdo, el momento perfecto no existe y por supuesto que vengan cuando vengan y bajo las circunstancias que sea, los hijos siempre son un regalo :-) Gracias a ti por tanto apoyo y cariño!! Un beso!!
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