Si habéis estado pendientes de nuestras historias en IG (y si no, las seguís teniendo en las historias destacadas en la ventanita de FAMILIA QUE REZA), habréis visto que hemos estado una semanita peregrinando con los peques. Primero estuvimos de campamento en León y después preparamos un mini caminito de Santiago pasando a visitar a la Santina de Covadonga.
Hoy, en el Día del Apóstol Santiago, os comparto los detalles de cómo lo hemos hecho para que, si os apetece en algún momento y tenéis peques muy peques o mayores bastante mayores (que también puede valer), no os quedéis con las ganas de peregrinar. Los km dan lo mismo porque la peregrinación se vive por dentro en realidad 😉. ¡Os cuento!
Al principio nuestras ideas sobre el Camino eran más ambiciosas 😂 (mucho) pero poco a poco fuimos bajando a la realidad de nosotros solos con 3 niños, dos de los cuales son muy pequeños (3 años la mediana y 16 meses el tercero), que nunca habían hecho ninguna ruta antes y que no iban a entender muy bien la locura que estábamos haciendo caminando sin parar... así que decidimos hacer un mini experimento con la idea de, en próximos veranos, ir subiendo el nivel de Camino.
Además, tampoco teníamos muchos días para hacer nuestro Camino, así que había que jugar con las cartas de las que disponíamos... ha sido sencillo pero... ¡UNA PASADA! Los niños entendieron súper bien el concepto de peregrinar (bueno, M no, que es muy pequeño), disfrutaron intensamente del camino, de la Catedral, de Santiago, de los bocadillos de jamón de los que ya estaban hartos e incluso, de los desayunos de peregrinos (esos en los que te sientas en una esterilla en el suelo de la calle, ya llevas los pantalones cortos para caminar y te congelas las piernas mientras te abrigas la parte de arriba con el forro polar sacando los deditos índice y pulgar para poder agarrar una triste galleta sin que se te queden helados los deditos 😂).
Obviamente, todos tuvimos también nuestros momentos de estrés y cansancio, pero en general, disfrutamos de absolutamente todos los detalles del viaje, así que espero que lo recordemos con mucho cariño para siempre 😊.
Preparar el Camino implicando a los niños
Si vais a hacerlo con peques, no os podéis olvidar de contarles en casa (antes de viajar) qué es el Camino de Santiago, por qué se hace, qué se hace (importante resaltar lo de que hay que llegar caminando), quién es el Apóstol, la Historia de Santiago de Compostela... Cuanto más les contéis más se van a implicar.
Después, por supuesto, con un mapa, podéis señalar el lugar donde vivís y el lugar en el que está Santiago de Compostela, para que se hagan una idea de la distancia que vais a recorrer, aunque sea en coche.
Y además, podéis también preparar la ruta con ellos. Preguntadles qué cosas necesitaréis (cantimplora, un aperitivo para reponer fuerzas...), mirad el tiempo y elegid juntos la ropa también en función de eso (chubasquero, forro polar...), elegid también el calzado, que sea cómodo pero no a estrenar para evitar rozaduras... y ¡todo lo que se os ocurra!
Si seguís nuestra ruta podéis investigar sobre la flora del lugar. Nosotros estuvimos buscando y reconociendo helechos porque ya habíamos investigado sobre ellos en Madrid. También buscamos robles porque pasábamos por un robledal. Buscad y enseñadles los símbolos tradicionales de los peregrinos, la vestimenta, las conchas, la cruz de Santiago, las flechas amarillas... ¡hay tantas cosas alrededor del Camino de Santiago que les van a fascinar todas y van a entrar de lleno en la aventura!
El alojamiento
Nosotros nos alojamos en la Hospedería VÍA LUCIS (Casa Diocesana) y fue todo un acierto: Estuvimos súper bien acogidos en un lugar precioso, a un paseo del centro de la ciudad, a un paseo de nuestra ruta, con garaje para dejar el coche, bien comunicado también en transporte público por si teníamos que cancelar misión y volver, con una relación calidad-precio estupenda yyyyy con la Capilla abierta nada más entrar prácticamente 24 horas (que para nosotros fue un regalo).
La Ruta
Para llegar a la Catedral de Santiago caminando por un sitio que se pareciera a los que recorres cuando haces el Camino de Santiago a lo grande (y no directamente por ciudad, aunque también se puede desde el alojamiento que os digo), fuimos por El Paseo Fluvial del Río Sarela.
Es una ruta preciosa, de unos 2km aproximadamente si os desviáis a la Catedral (perfecta para pequeñines), en la que atraviesas un bosque escondido, en sombrita, a orillas del Río Sarela. A nuestro paso encontramos desde molinos, ruinas habilitadas para pasar por debajo, puentes, lavanderías de río antiguas, casas de curtido de piel, casas con gallinas, fuentes (aunque no había señales de que fueran potables, así que id con las cantimploras llenas desde el inicio), y unos cuantos banquitos (unos mejor conservados que otros) para parar a tomar un aperitivo o descansar un poco a mitad de ruta.
Para empezarla hay varias opciones (según también dónde os alojéis y/o dejéis el coche). Podéis aparcar en la Universidad (cerca de las facultades de Psicología o de Educación) o cerca del Pazo de San Lorenzo. Al pasar el Palacio, hay que meterse por el Robledal y enseguida encontraréis dos señales del Camino de Santiago que hacen muchísima ilusión (aunque ojo, que luego las señales os llevan a Finisterre, pero a estas dos todavía podéis hacerlas caso).
En nuestra ruta encontramos dos problemas:
El primero (luego os cuento el segundo) fue que la Rúa do Cano (la que nos llevaba del Robledal de San Lorenzo al Ponte Sarela, que es donde empieza el paseo Fluvial) estaba cortada. Preguntamos a los vecinos y nos dijeron que solo era para los coches (aunque en el cartel ponía coches y peatones), que la gente entraba y salía con normalidad, principalmente para entrar y salir de sus casas, pero que no se podía acceder con el coche al puente; así que les hicimos caso y pasamos por la abertura.
Si no queréis arriesgaros a pasar, os toca dar un poco más de vuelta y lo mejor sería acercarse con el coche hasta la Rúa Sarela de Abaixo a la altura de la Casa Sarela (una casita rural). Ahí podéis dejar el coche y bajar al Ponte Sarela caminando por el Camino de Santiago a Finisterre (en dirección contraria a Finisterre). Caminando también se puede, pero calculad un par de km más a la ruta fluvial. Podéis llegar caminando a esa calle siguiendo la Carretera de San Lorenzo (que tiene acera, no es solo carretera).
Os recomiendo buscar bien bien la ruta antes de ir con el mapa porque como es un camino fluvial, el GPS no lo registra del todo. En Google Maps podéis hacer parte del recorrido en imagen real, hacedlo previamente para estar seguros.
Como os digo, nosotros pasamos por la calle cortada y llegamos al Ponte Sarela, lo cruzamos y nos encontramos con el segundo problema: estábamos tan motivados con las señales del camino que continuamos haciendo caso a las flechitas... y ¡noooo! Esas flechitas nos llevaban hasta Finisterre y nos alejaban de la Catedral, así que cuando nos dimos cuenta tuvimos que deshacer el camino y volver al Ponte Sarela. Entonces, Ponte Sarela a la derecha (no a la izquierda). De todas formas, volvimos a preguntar a los vecinos y nos indicaron muy amablemente el camino correcto hasta la Catedral.
Y después de eso, el bosquecito no tiene pérdida. Hay que seguir el caminito a orillas del río en dirección contraria a la corriente. Después de un paseíto, llegaréis a la Iglesia del Carmen de Abaixo, ahí tenéis que abandonar el paseo fluvial, cruzando por un puente hacia la derecha, y ya meteros por las calles hasta la Catedral de Santiago (se la ve sobresalir sobre las casas enseguida y hace muchísima ilusión también).
En la Catedral
Después de llegar a la Plaza del Obradoiro y haceros las fotitos de rigor... buscad la Puerta Santa (que no es la de las Platerías, es la siguiente). Allí apenas hay cola (en la de Platerías hay mucha cola) y entráis directos a la girola de la Catedral, perfectos para bajar a la cripta del Santo y volver a subir. Debido a la Covid19 no nos dejaron subir a abrazar al Apóstol (bastante que te dejan bajar a la cripta), así que tendremos que volver otro año 😉😉, pero todo lo demás lo pudimos disfrutar.
Estuvimos un buen rato rezando delante del altar y nos recorrimos la Catedral de arriba abajo. Sin entradas no se puede ver ni el museo ni el Pórtico de la Gloria, pero sí que se intuyen ya algunas figuras restauradas y también es muy chulo ver la cara de los niños cuando les cuentas que esas figuras color piedra antes tenían colores, así que las están restaurando para que sean como las originales. También alucinaron con el órgano, claro, y disfrutaron de las capillitas laterales. En una de ellas había sacerdotes confesando todo el rato, algo que también es de agradecer si sois peregrinos cristianos.
Ah! Y por supuesto, alucinaron también con el botafumeiro gigante, aunque no lo vimos en movimiento (lo mueven en la misa del Peregrino de las mañanas).
Y después...
Cuando ya habíamos exprimido bien, bien la Catedral, fuimos a buscar unas conchas de peregrinos porque a los niños, sobre todo a S, les hacía mucha ilusión ponérselas para celebrar que lo habían conseguido.
Y es que vaya si lo consiguieron. Entre camino hecho, deshecho y vuelto a hacer caminaron más de 6km con un buen espíritu realmente envidiable que ni J ni yo nos esperábamos (íbamos preparados para explosiones emocionales de todo tipo 😂), pero además, con todo el cansancio que llevaban encima de los días anteriores, las más de 6 horas de coche, el frío de Finisterre, la peregrinación a la Santina, nuestra ruta por los Lagos, el dormir fuera de casa y en camas separadas (en la misma habitación pero no juntos en una cama grande), el comer lo que había y siempre lo mismo, la ropa sucia o mojada, nuestra mala experiencia con el alojamiento en Cangas, el no parar casi constante... y un campamento previo de 7 días.
Nuestro Camino no empezó en Ponte Sarela, empezó en Madrid dos semanas antes preparando maletas. Desde ese momento comenzó a invadirnos la emoción del peregrino, que nos ha acompañado durante 10 días preciosos y súper intensos... Y también les hemos explicado que nuestro Camino no terminó en Santiago, nuestro camino sigue, cada día, buscando señales, desechando las incorrectas y eligiendo las correctas, aprendiendo de los errores, rectificando cuando sea necesario, sorteando obstáculos, buscando incansables, entregando el cansancio, poniendo a Jesús el primero... y terminando en el Cielo.
Ojalá lo consigamos y lleguemos también juntos al Cielo.
Gracias por acompañarnos en esta aventura desde el otro lado de esta ventanita 😉
y en Facebook @conSdeMama
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